En el artículo de hoy viajamos hasta Salamanca para enseñaros la tan especial boda en el Castillo del Buen Amor que celebraron Paul y David, unos novios originales y singulares.
Con el plan de llevar a cabo una boda sin tradiciones ni reglas, Paul y David reunieron a sus familiares y amigos para celebrar con ellos el gran día de manera única, alternativa y diferente.
Los espacios tan característicos de este castillo se llenaron de libertad y de amor durante más de dos días ya que, previamente al día de la boda, los novios celebraron una fiesta de bienvenida en la piscina. Eso sí, entre amigos, cócteles, buen tiempo, hamacas, sombrillas y divertida música.
Así que sí, pudieron retirarse a sus aposentos y dormir en una de las suites medievales de las que dispone el castillo para pasar la noche y así crear recuerdos que permanecerán toda la vida en la memoria de los novios y de los asistentes.
El amor mueve el mundo y siempre gana, por eso esta boda fue todo un éxito, llegando a ser una de las ceremonias más tiernas vividas y en la que todos derramaron alguna que otra lágrima.
¡No hay dos bodas iguales, pero seguro que querrás una que se le asemeje!
El espacio elegido no podía ser otro: el Castillo del Buen Amor
Esta antigua fortaleza militar del S XI fue la elegida por Paul y David para darse el “sí quiero”, un castillo convertido en Casa Palacio en el S XV con 1000 años de historia y utilizado como almacén agrícola durante dos siglos.
En 1958 se le devolvió su antiguo esplendor y en 2003 abrió sus puertas como Posada, lo que es a día de hoy un increíble espacio para celebrar bodas en absoluta intimidad y con el romanticismo que se requiere.
El Castillo del Buen Amor destaca por su elegancia y nobleza, la cual se puede admirar en sus señoriales salones, con chimenea de estilo mudéjar original del siglo XV y artesonado decorado con escudos, su biblioteca, su claustro y su bar.
Los auténticos protagonistas del cuento llevaron a cabo su ceremonia en los exteriores, donde se encuentra un laberinto vegetal y viñedos. El altar constaba de un templete de forja con un arco repleto de hojas verdes.
Tras la emotiva oficialización, los novios se vieron rociados en pompas de jabón, una alternativa única y diferente al clásico arroz.
¿Conoces el protocolo de entrada a las ceremonias gay?
Una decoración con un estilo muy fresco
¡Y tan fresco! Ya que predominaron los tonos blancos y los verdes combinados, principalmente, con maderas.
Si hablamos del seating plan, podemos ver que la organización de las 13 mesas estuvo dispuesta sobre un fondo blanco con motivos de hojas verdes. Además, el rincón del seating plan también se llenó de hojas y flores, como las mesas del convite.
Las mesas del banquete fueron sencillas, con una mantelería y vajilla blanca y acristalada y con cubertería plateada, pero el toque de color lo pusieron los centros de mesa, cuyas grandes y largas hojas verdes ocupaban gran parte del espacio y sobre las que se dispuso un cartel triangular blanco con las iniciales de los novios y el número de mesa.
El convite se llevó a cabo en el antiguo Patio de Armas del siglo XI, el cual fue reformado y convertido en claustro gótico renacentista en el siglo XV para trasladar a los invitados a otra época.
Sobre estas mesas tan elegantes se sirvieron los platos de gastronomía típica castellana cocinados en las propias instalaciones, elaboradas al momento y con la máxima calidad de los productos regionales.
Cocinamos todos los platos en nuestras propias instalaciones y al momento para que esté todo recién hecho. Siempre con productos de la máxima calidad y destacando todos los sabores.
Sin duda, sus platos estrella son los deliciosos cochinillos, los lechazos, cabritos y la gran variedad de postres que ofrecen para terminar el banquete con un buen sabor de boda. Postres que se dispusieron en un rincón especial.
Esta mesa de postres se llenó de tartas, velas con candelabros, cajas de madera, maceteros de forja, bandejas de mimbre… todo sobre una robusta mesa de madera y delante de un biombo adornado con las mismas hojas del altar y los centros de mesa.
El resto del espacio también estuvo decorado con rincones encantadores, con elementos como jaulas llenas de flores, cajas de madera, pizarras, jarrones con flores, etc.
Los trajes de los novios, de todo menos convencionales
¡Y es que hay que ver lo originales que fueron! Ambos huyendo de todo tipo de convencionalismos.
Los dos usaron chaqueta azul marina, camisa blanca, pantalón negro, un original broche de un conejo saltando, y zapatos negros.
Uno de los novios lució una camisa blanca con tablas superpuestas, una chaqueta sin botones y un chaleco de cuello cuadrado, mientras que la otra parte optó por una pajarita negra y una chaqueta un tanto más clásica.
Respecto a la vestimenta de los invitados, cabe destacar que todos dispusieron de sombreros de mimbre adornados con una cinta verde a conjunto con la decoración.
Las fotografías, dignas de galardón
Y no son para menos si la artista que llevó la cámara en mano fue Rosa Garrido, una profesional de los pies a la cabeza que se desvive por capturar sensaciones, espontaneidad y naturalidad. Disparando el objetivo siempre con todo el amor y el cariño del mundo, para convertir las fotografías del día más especial de tu vida en el mejor de los recuerdos.
¿Qué te ha parecido esta boda tan particular de Paul y David en un castillo? Si tú también estás enamorado de tu pareja y quieres dar el gran paso, recuerda que en Perfect Venue te espera una de las mejores Wedding Planners de España para organizar tu boda en cualquier punto del país.
Aunque, si eres más de la capital, entonces lo tuyo es celebrar tu boda con orgullo en Madrid.