Ro y Mikel no dudaron ni un segundo en que querían celebrar su boda íntima en Asturias, concretamente en Villanueva, con el atardecer como telón de fondo y esa gama de colores que solo sucede en Asturias cuando cae el sol de la tarde y envuelve todo de una luz dorada.
Y es que Asturias es la tierra perfecta para dos enamorados que quieren huir para casarse y celebrar una boda elopement, una de esas bodas en las que los novios deciden fugarse para casarse. ¿Sabes que cada vez son más los millennials que piensan en huir y aparecer en su enclave favorito para convertirse en un matrimonio?
Pues esto es precisamente lo que hicieron Ro y Mikel, porque además ya sabían que celebrar una boda en Asturias son todo ventajas: gastronomía de rechupete, un marco de belleza incomparable, patrimonio cultural y arquitectónico, etc.
Así que, si tú también estás pensando casarte entre acantilados, playas, lagos, ríos, cuevas o montañas, tienes que conocer todos los detalles de esta boda.
¡Estamos seguros de que después de leerla tú también querrás huir con tu pareja al norte para gritar el “sí quiero” a los cuatro vientos!
Jurar amor eterno frente a una antigua capilla
Así es como se casaron Ro y Mikel, dirigiéndose a una vieja capilla de piedra repleta de enredaderas para convertirse en marido y mujer.
La capilla en cuestión es la capilla del Palacio de Villanueva, una construcción del siglo XIII declarada Monumento Provincial alejado de la población.
Y es que estos templos dedicados al culto religioso suelen encontrarse en lugares de una belleza sublime, como esta, a la que tuvieron que subir por un puente colgante para acceder a ella y desde donde se admiraban unas increíbles vistas a lo largo del río Narcea.
Aunque las bodas civiles están cada vez más en auge, celebrar una boda religiosa llena de encanto y magia también es posible, ya sea en una capilla, catedral, iglesia, ermita… ¿conoces la de templos preciosos que hay en España y en qué consiste el rito católico?
Unos novios que se fundían con el entorno
Ro, una novia única y romántica
Con un vestido de Laura Lomas Designs, la novia destacó por llevar un vestido único, ya que no hay dos mujeres iguales para la firma LLM, una firma que usa técnicas artesanales y bordados complejos a lo largo de sus colecciones para conseguir una estética etérea y atemporal.
El vestido de Ro era de la colección “Tentaciones” Atelier Couture 2018, el cual constaba de un corte recto y en color blanco puro completamente liso, a excepción de las mangas, ambas repletas de transparencias y bordados, al igual que la espalda, que a pesar de estar al descubierto también contaba en la parte superior llena de estas transparencias y bordados que se cerraban con tres pequeños lazos.
Con un tocado de Hanammi hecho a mano, la novia puso el toque de color mediante una tiara en tonos azules y bronces, con flores, hojas y mariposas aportando romanticismo y fantasía. Este lo colocó sobre su melena, la cual optó por dejar suelta y ondulada.
El maquillaje fue arte de Olaya Brión, una maquilladora profesional que empezó siendo filóloga inglesa y que descubrió que su pasión siempre había sido maquillar.
Olaya potenció lo mejor de Ro con sus brochas y productos de gran calidad, dando como resultado un maquillaje de lo más natural con sombras en tonos bronces a juego con su tocado.
Mikel, un novio con un estilismo dispar y atípico
¡Y si no mira todas y cada una de sus prendas! Mikel lució más diferente que ningún novio al llevar una blazer de lino beige conjuntada con una camiseta básica blanca y un pantalón marrón, que a su vez acompañó con un sombrero beige con cinta negra y unas botas de piel marrones oscuras.
Las hojas, las protagonistas de la decoración
El ramo de flores, etéreo y encantador, estaba compuesto principalmente por hojas verdes, pero también destacaban unas pequeñas florecillas blancas y otras flores denominadas julianas.
Las hojas verdes primaron durante todo el gran día, ya que además el altar, de forma cuadricular y situado en la puerta de la capilla, estaba formado por un arco repleto de hojas de un verde chillón.
Otro tipo de hojas verdes fueron las que cayeron sobre los recién casados a la hora de salir del altar, junto con julianas. ¡Una alternativa al tradicional arroz de lo más original!
Para la sesión de fotos, después de la ceremonia, la novia cambió su ramo floral por un ramillete de palos con pequeñas hojitas verdes y marrones para acabar posando ante la cámara en uno de los tantos lagos que se encuentran en la tierra asturiana.
Fotografías de una profesional como la copa de un pino
Rosa Garrido fue la encargada de capturar todas estas fotografías de manera espontánea, tan espontánea como las vacas que también querían salir en la sesión fotográfica cruzando por delante de los novios a la hora de la lectura de los votos, haciendo sonar sus cencerros ¡que divertido!
¿Qué te ha parecido la boda íntima en Asturias de Ro y Mikel?
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