Begoña y Cayetano pusieron el broche de oro a su amor celebrando el 24 de septiembre su boda en Marbella, cuyo resultado acabó siendo un enlace digno de portada de revista.
Al casarse en Málaga a mediados de septiembre, contaron con la mejor época para disfrutar del clima de Andalucía, de sus contrastes de color y luces.
Y es que Marbella es uno de los mejores sitios de la Costa del Sol, también conocida como la Milla de Oro, para celebrar una boda plena: a orillas del Mediterráneo, con una gastronomía de renombre, con clima inigualable y siempre estando rodeados de lujo y exclusividad.
¡Porque casarse en Marbella es una apuesta segura para conseguir una boda de película o recién sacada de un cuento! Y si no, que se lo digan a Begoña y a Cayetano, los cuales no pueden dejar de ver las fotos una y otra vez.
¿Quieres verlas tú también? ¡Continúa leyendo!
Dos espacios para un gran día
Para los preparativos:
Los novios se vistieron en el Hotel Marbella Club, un lugar repleto de estilo, privacidad y tranquilidad en el que pudieron enfundarse sus respectivos trajes entre una innegable elegancia y confort andaluz.
Sintiendo el aire del mar y las vistas de las montañas, Begoña y Cayetano eligieron esta antigua finca llamada Santa Margarita, la cual ha perdurado en el tiempo combinando de un modo conmovedor la tradición, la innovación, y conservando su encanto original.
Para la ceremonia:
El lugar predilecto de los novios fue la Finca de La Concepción, ubicada también en Marbella y que data de 1837. Situada en un bellísimo paraje natural, esta fue una de las primeras fundiciones de hierro construidas en España.
Tras un gran trabajo de restauración, en el que participaron artesanos y artistas locales, estas ruinas se convirtieron en lo que es hoy: el Cortijo más bello de la Costa del Sol.
Begoña y Cayetano pudieron caminar entre su vegetación tropical, como palmeras centenarias, plantaciones de aguacates, chirimoyas, naranjos y un mar de almendros. Además, el murmullo del agua de las fuentes era un placer para los oídos.
Escoger esta finca es disfrutar de todos sus espacios, de los Altos Hornos, un lugar con historia y vistas a Sierra Blanca, de la zona de piscina y de los jardines principales, con su centenario nogal americano y su espectacular fuente, que harán que tu boda sea tan inolvidable como la de esta pareja.
Una decoración de lo más animada
Y de la que se encargó Alejandra, de Ainhoa & Co, una empresa de profesionales afincados en Sevilla que llenó la boda de un aire de lo más vintage y divertido, de manera convencional, pero sin perder la sofisticación y la elegancia.
Antes de comenzar la ceremonia…
… todos pudieron servirse aguas refrescantes, de sabores lima y limón, colocadas en un rincón de lo más rústico: con maderas, frutas como peras manzanas uvas y jarrones con hojas verdes.
¡Flores y más flores!
El ramo de la novia fue elegante y sencillo a la vez que diferenciador, compuesto por tonos blancos, rosas y verdes.
De camino al altar se dispusieron cajas de madera por el suelo a ambos lados de la alfombra, las cuales se llenaron de florecillas blancas por doquier.
Respecto a los centros de mesa, estos estaban formados por una cajita de madera repleta de hojas verdes, alguna flor rosácea y una vela blanca en el centro.
Un convite al que no le faltó detalle
Llegando al lugar donde se celebró el convite, en los jardines, se podía descansar en un precioso rincón chill out de grandes cojines blancos y mesas bajas de madera con pequeños jarrones con flores.
En cuanto al seating plan todos buscaron su sitio en los carteles blancos colocados sobre maderas blancas y donde además pudieron coger su bote de mermelada como recuerdo del gran día.
Esca fue el equipo de profesionales de alta gastronomía que llevó a cabo el catering, y que gracias a ellos los invitados pudieron degustar el típico pescaito frito.
No podemos olvidarnos de mencionar el rincón más dulce, el de la caravana hecha crepería y el de la furgoneta hecha coctelería, lugares en los que los invitados degustaron los mejores mojitos de la zona.
Cabe destacar el momento mágico en el que todas las guirnaldas de luces colocadas a modo de carpa se prendieron en los jardines, consiguiendo el asombro de todos los asistentes y creando un clima de lo más romántico y cálido.
Mucha frescura en los estilismos
El estilismo de Begoña:
La novia lució un vestido de Inés Martín Alcalde, una diseñadora de vestidos de novia e invitada únicos y diferentes, de estilo romántico y femenino.
Su vestido, hecho a medida, constaba de una parte superior de patrón liso con espalda al aire en forma de pico y de una tela de tul que cubría sus hombros.
Respecto a la parte inferior, separada de la superior por un fino cinturón de terciopelo, estaba más detallada al contener una serie de bordados.
Para el calzado, optó por unas sandalias de la marca de lujo Jimmy Choo. Estas eran de tiras con purpurina color metálico y con delicadas correas que envuelven bellamente el pie.
Respecto al peinado, Begoña llevó un recogido de trenza con ataduras en azul, ¿recuerdas que hay que llevar algo azul algo nuevo algo viejo y algo prestado?
Este lo elaboró María, de Bajobé Makeup Studio, y al que añadió un pin lateral chapado en metal plateado compuesto por diferentes hojas, de la firma Lia Terni, una diseñadora de joyería ética de tocados hechos a mano para novias de todo el mundo.
El look de Cayetano:
El novio eligió a Absolute Bespoke para que le vistiera en su gran día, una firma de piezas únicas para hombre que hizo a medida para Cayetano un chaqué azul marino con chaleco del mismo color y que este colocó sobre una camisa blanca y una corbata granate.
Para el calzado, nada mejor que unos zapatos Oxford sencillos, sobrios y elegantes en color negro de Lotusse, una firma referente mundial en el mundo del calzado.
Como complemento, el novio pensó en un reloj de IWC, concretamente en un portugieser cronógrafo de correa de piel negra.
¡Diversión asegurada en la fiesta posterior!
Y es que, si el Dj es Quique AV, no puede ser de otra forma.
Este Dj residente del teatro Barceló de Madrid y de muchos festivales hizo que todos los invitados se pusieran en pie para bailar a ritmo de la música y pasarlo en grande. ¡Toda una revolución!
Un reportaje fotográfico para revivir aquel 24 de septiembre
Gracias a Silvia Sánchez, una fotógrafa que no ha dejado de formarse y que, por ello, captó este maravilloso reportaje, disparando el objetivo cuando nadie se lo espera.
Consigue siempre así un resultado de lo más natural, emotivo, espontáneo y divertido.
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