Wincey y Jeremy, los novios que se casaron entre la historia y la naturaleza de Córdoba

Con raíces en Hong Kong y residencia británica, Jeremy y Wincey pusieron rumbo a España para celebrar su boda en Córdoba. Y, ¿sabes por qué pensaron que esta tierra sería la mejor opción para cumplir su sueño de convertirse en marido y mujer? Porque Córdoba es tierra de pintores, de flores, de toreros, de arte, […]

Con raíces en Hong Kong y residencia británica, Jeremy y Wincey pusieron rumbo a España para celebrar su boda en Córdoba.

Y, ¿sabes por qué pensaron que esta tierra sería la mejor opción para cumplir su sueño de convertirse en marido y mujer? Porque Córdoba es tierra de pintores, de flores, de toreros, de arte, de calidad, de gastronomía…

“Córdoba de mis amores“ y de los de nuestros novios junto a sus amigos y familiares, los cuales acudieron desde diferentes partes del mundo.

¡Te aseguramos que fue una celebración única! Una boda que duró un fin de semana y que fue de lo más emotiva, glamurosa y de un gusto sumamente distinguido.

Quédate en este post para descubrir cómo fue la boda en Córdoba de Wincey y Jeremy e inspírate para tu gran día.

¡Arrancamos motores!

El Balneario de Villaharta, el lugar elegido

Y la elección no pudo ser más acertada, porque este balneario del siglo XIX, fundado en 1873, está repleto de historia, tradición y naturaleza, ya que se encuentra en el Parque Natural de Sierra Morena.

Los novios pudieron disfrutar de todo este balneario y de sus chaparros centenarios, jardines con unas vistas increibles, piscina exterior de temporada, solárium y su preciosa arquitectura, siempre entre el lujo que derrochan sus cuatro estrellas.

Wincey y Jeremy no pudieron sentirse más a gusto en el Balneario, ya que estaba a las afueras de la ciudad, en pleno campo, lo que le dotaba de ese encanto campestre para su boda. ¡Justo lo que buscaba esta pareja!

Todos dispusieron tanto de espacios interiores como de exteriores, y es que cada momento del enlace se realizó en el sitio más adecuado.

De camino al altar no pudieron faltar los pajes, tirando pétalos blancos con su cesta de esparto y conjuntados la mar de bien con los novios.

Después de una ceremonia de felicidad plena y mucha emoción, en la que la novia no pudo contener las lágrimas al ver a su futuro esposo en el altar, se dio comienzo al banquete y a la gran fiesta, en la que las risas y el baile fueron los grandes protagonistas.

¡Qué novios tan estilosos y atractivos!

Como lo lees, las damas de honor vestidas con camisón de seda rosa ayudaron a vestir a la novia y no pararon hasta dejarla impecable. Estas, posteriormente, también se vistieron para ir en sintonía con la gama cromática elegida, y todas ellas aparecieron con largos vestidos de color rosa palo.

El vestido de Wincey era de corte imperio y estaba claramente diferenciado entre la parte superior y la inferior, ya que la parte de arriba constaba de una especie de corpiño completamente bordado con transparencias y toda la espalda al aire libre.

La parte superior de la inferior estaba separada por una fina tela de terciopelo rosa a modo de cinturón.

La parte inferior constaba al completo de tela de tul, incluida su pequeña cola, la que se fundía con el velo del mismo material.

La profesional del maquillaje, ¡fue ella misma!

Sí, la novia cogió los pinceles y consiguió un resultado espectacular de sombras marrones, a las que añadió un fino delineado negro y unas largas pestañas.

Para el peinado, esta se decantó por ondularse todo el cabello y lo dispuso a modo de semi-recogido, al que también añadió una fina diadema de joya.

Un novio diferente y atrevido

Jeremy apareció en escena vestido con camisa blanca, pantalón de lino beige y un chaleco del mismo material, el cual acompañó de un broche igual que los ramos de flores.

A este novio tan estiloso no le faltó su accesorio favorito: las gafas de sol, así como tampoco su reloj de piel marrón a juego con sus zapatos. Eso sí, ¡nada de chaquetas!

Campestre y elegante, así fue la decoración

No hubo nada más que poner un pie en la ceremonia para quedar completamente enamorados de la decoración de esta boda.  La ceremonia se llenó, para los asistentes, de sillas de madera envejecida y de cestos de esparto por el suelo.

El ramo de la novia, de lo más grande y pomposo, lo formaban un montón de flores desgastadas, entre las que predominaban las rosas blancas y las hojas verdes, anaranjadas y rojizas, dando ese toque campestre que se buscaba. Los tallos estaban unidos por una tela rosácea y delicada.

Cabe destacar que todas las damas de honor también pudieron lucir un pequeño ramo de flores en los que los tallos se unían por una cuerda marrón muy rústica.

Un banquete muy internacional para chuparse los dedos

Antes del banquete tuvo lugar el cóctel de bienvenida, en el que el catering del Restaurante Hierro y su chef Máximo Doval del Rey, pusieron el toque de sabor con sus creaciones de renombre. ¡Cómo no iban a estar presentes los famosos pinchos de tortilla españoles, los chupitos de salmorejo y platos típicos de su región!

Un guiño al espacio y a la naturaleza fueron platos de rodajas de tronco, mientras que las mesas, dispuestas en el Patio de los Eucaliptos, se llenaron de manteles blancos, posa-platos de mimbre, cubertería dorada y centros de mesa con las flores elegidas en pequeñas cajas de madera.

Y es que por todo el espacio se colocaron luces a modo de guirnaldas que cubrían el convite como si de estrellas se trataran, con la caída del sol y el alumbrado… ¡fue un momento especial!

El momento más mágico: el alumbrado del convite

Y es que por todo el espacio se colocaron luces a modo de guirnaldas que cubrían el convite como si de estrellas se trataran, con la caída del sol y el alumbrado… ¡fue un momento especial!

Fotografías que hablan por sí solas

Y es que, ¿qué es una boda sin su reportaje de ensueño? Por eso los novios no dudaron ni un segundo en hacerse con una profesional que captara a la perfección la sensibilidad, el arte, la felicidad y las emociones.

Por eso, nadie mejor que Rosa Garrido, una fotógrafa de bodas que acudió a Córdoba ya que reunía todo esto y más.

Una Wedding Planner a la altura

Opi, de Open the door, fue la encargada de planear y organizar esta boda, especialista en bodas acogedoras en la naturaleza y que brindó a esta pareja una experiencia increíble y un fin de semana inolvidable.

¡Y que no se te olvide que en Perfect Venue siempre encontrarás la inspiración que necesites visitando nuestro blog!

Porque tenemos artículos de todo lo que busques. ¡Te esperamos en la web!

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Fotógrafa: Rosa Garrido // Ubicación ceremonia: Balneario de Villaharta // Wedding planner: Open the door // Catering: restaurante Hierro // Chef: Máximo Doval del Rey

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