A 10 minutos de la Ciudad Medieval de Sigüenza y a una hora de Madrid nos encontramos con un paraje de lo más Ibérico para cualquier celebración: el Monte de Cutamilla.
Y ahí es precisamente donde se trasladaron Darío y Claudia, que pusieron rumbo a un entorno repleto de jardines, praderas, bosques, caballos y árboles a orillas del río Henares para comenzar a ser marido y mujer.
Las estancias conservan sus suelos de mármol, pino melis y enebro, así como la escalera de hierro de forja y la bodega del Palacete. ¡Todo conservado de la época!
Tanto si queréis una boda religiosa como una civil, la Finca os ofrece ambas opciones, una ermita en la finca con capilla, palomar, taína y palacete, así como espacios naturales, también para el banquete y el baile.
¡Un entorno de lo más rústico y campestre para tu boda de cuento!
Los jardines de la finca, todo un encanto
Y es que hay más de una hectárea de jardines, con árboles de todo tipo, como: castaños, moreras, pinos, nogales y acacias, así como flores, césped y arbustos. Lo mejor es que todos estos espacios son totalmente exclusivos para que cuentes con toda la privacidad e intimidad para el gran día.
Comilona en el Monte de Cutamilla
¡Porque no es necesario desplazarse! La finca se repletó de barras de limonada, puestos de comida, sombrillas, música en directo y una iluminación de lo más romántica.
Para el convite, ninguna comida podía ser otra que no fuera la original que produce la finca, con productos propios que pertenecen a la reserva natural, como: frutas de la huerta, huevos de las gallinas, carnes de caza y setas, así como cereales y bellotas. ¡Y mano de la chef Mara Onsés!
El entorno, decorado al detalle
Todo el espacio estuvo lleno de velas artesanales, a modo de decoración, que además aportaban un aroma que perfumaba el lugar, todas ellas dispuestas sobre rodajas de madera de tronco de árboles y en los centros de mesa, de la marca “Velas de la ballena”.
Las flores tampoco faltaron en la finca gracias a la floristería Olivieri, con rosas en color blanco, margaritas y lisanthus, junto con una variedad de verdes en sus hojas y ramas.
Unos novios con mucha clase en Sigüenza
Para estar en sintonía con los espacios naturales y rústicos de la finca, Claudia combinó a la perfección un calzado amarillo con un vestido de Impúribus, de la colección Sutil, compuesto por telas ligeras y vaporosas, con transparencias, escotes y lazos. ¡Una novia muy boho!
En cuanto al maquillaje y peinado, Cristina puso un toque de colorete y labios en tono coral y una ligera sombra, con un peinado formado por una cola baja con ondas.
El traje de Darío, el novio, de la sastrería Tomblack, fue un traje de chaqueta azul claro que conjuntó con una pajarita de un azul más oscuro y una camisa blanca.
Una fotógrafa tan profesional como es Tanya fue la encargada de poner “la guinda al pastel” con sus fabulosas fotografías llenas de luz y calidad.
Toda la boda, organizada por Weddings and Events by Natalia Ortiz, que supo plasmar en la realidad los deseos y necesidades de esta pareja.
¡Que viva el amor!
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Venue: Monte de Cutamilla // Wedding planner: Weddings and Events by Natalia Ortiz // Photographer: @tanyavasiliuk // MUAH: @ccoroas // Flowers: @floresolivieri // Bride dress: @impuribus // Groom suit : @tomblack_es // Candles : @velasballena