La mayoría de parejas llevan a cabo una ceremonia tradicional en la que, tras esta, se realiza la recepción, con unos cócteles muy sabrosos para los invitados, así como un posterior banquete con fiesta incluida para celebrar la unión del matrimonio por todo lo alto.
Pero cada vez son más las parejas que se salen fuera de lo establecido y de los convencionalismos sociales y buscan algo diferente y alternativo a esta recepción o banquete tras la boda, como es con un brunch, ¡que no es excluyente! porque, ¿por qué no hacer las dos cosas?
¡Claro que sí! Y es que, aunque desayunar en la cama después del gran día este más que bien… ¡un pequeño aperitivo o comida informal con los amigos y familiares más allegados está mucho mejor! Porque parecerá que la fiesta posterior nunca acaba.
Una manera de alargar la celebración de manera más relajada, después de que las invitadas ya se hayan deshecho de sus largos vestidos y la novia de esos tacones de infarto, y que además es la mar de fácil de organizar, ¿quieres saber cómo? pues pasajeros al tren… ¡que empezamos!
Pero primero… ¿qué es un brunch?
Un brunch es un como un desayuno que se hace tarde o un almuerzo o comida temprana, la palabra brunch surge de la unión de dos palabras anglosajonas: breakfast y lunch, desayuno y almuerzo respectivamente.
Así que la hora de inicio del brunch no puede ser ni temprana ni tardía, por lo que la opción más idónea es en la franja horaria de entre las 11 y las 13.
¡Desde que se creó, no ha dejado de ganar terreno y de presentarse en un gran número de bodas!
Los invitados, como siempre… ¡los que tú quieras!
Por regla general, al ser algo más informal y tranquilo, al brunch suelen acudir los seres queridos más cercanos, e incluso todos aquellos invitados que vengan de más lejos y hayan pernoctado en la zona o en el mismo espacio.
Pero al final, ¡esta en vuestra mano la decisión! Puedes invitar a tantos como quieras, (mientras el presupuesto y el espacio lo permita).
¡SOS! ¿Cuál es el mejor espacio para celebrarlo?
Muy sencillo y rápido: en el lugar del propio enlace, donde hayáis dormido o en un lugar próximo a este, ya que esto permitirá una mayor comodidad tanto a los invitados como a los novios, aunque también se puede buscar un restaurante elegante o contratar a un catering, ¡pero siempre cerca de vosotros!
Si la fecha de tu boda es en los meses de verano o de primavera, el sitio más acertado para el brunch será al aire libre, como en unos jardines, patios, azoteas o playas, mientras que, si la fecha de la ceremonia sucede en los meses de invierno u otoño… ¿qué tal un castillo, masía, hotel o finca rural?
Las invitaciones, ¿es necesario enviarlas?
No es del todo necesario, pero lo que podéis hacer es avisar de este pequeño brunch en las propias invitaciones DIY que enviéis de boda para que no se lo pierdan, o de otra manera también podéis enviar invitaciones avisando únicamente del brunch a aquellas personas que queráis que asistan a esta celebración más privada.
¿Dulces o salados?, ¿en frío o en caliente?
Al ser una fusión del desayuno y del almuerzo, se sirve de todo, ¡para todos los gustos! tanto para los más golosos como para los que prefieren el salado, ¡o ambas!
¿Qué elegimos como dulces? Pues cualquier tipo de bollería, tostadas, confituras y mermeladas con mantequilla, cereales, yogures crepes, tortitas, gofres… ¡y fruta para mojar en una gran fuente de chocolate!
Para los salados, nos podemos decantar por canapés, jamón y queso, tartaletas, patatas, salsas, huevos, tostas, hortalizas ¡y hasta verduras!
¡Que no se olvide el pan! Ya que es un gran acompañamiento para todo, siempre puedes poner una variedad de estos como de semillas, de cereales, chapatas…
Y como bebidas… ¡de todo tipo! café, leche, zumos de frutas, batidos, refrescos, ¡y hasta vino y cerveza! para que cada uno elija lo que el estómago le pida.
Todo suele estar dispuesto en las mesas a modo de buffet, de manera que los invitados puedan servirse de todo tanto y cuanto deseen.
Siempre con todo detalle
¡Porque no se nos puede olvidar los detalles y la decoración! En un entorno tan tranquilo y distendido podemos aprovechar para colocar una vajilla y cubertería bonita, unas flores frescas o silvestres y organizar diferentes juegos para entretener a los invitados, y por supuesto música, al igual que sucede en las recepciones tradicionales, animar la velada con una música chill out, blues o jazz será sin duda una opción acertada.
En un acontecimiento como este, las fotos para el recuerdo quedarán preciosas, llenas de luz y brillo, y vuestros invitados se llevarán un recuerdo diferente y único, ¡las futuras parejas de novios empezarán a copiaros!
Así que, si queréis que empecemos con los preparativos, ¡contáctanos en Perfect Venue!