¿Os gustaría empezar vuestra vida en pareja en un lugar donde el tiempo se detiene y cada instante se vive con intensidad? Esa es la esencia de una luna de miel rural en España. Asturias y Cantabria, con sus verdes praderas, montañas majestuosas y pueblos que parecen detenidos en el tiempo, son el escenario perfecto para disfrutar de una escapada romántica, relajada y llena de encanto. Aquí, la prisa no tiene lugar, lo que importa es caminar de la mano, respirar hondo y dejar que la naturaleza sea vuestra guía.
Elegir este tipo de experiencia significa abrazar la tranquilidad y descubrir un ritmo nuevo: el del susurro de los ríos, el canto de los pájaros al amanecer y el crujir de las hojas bajo los pies. No hay estrés, ni multitudes, ni itinerarios rígidos. Solo tiempo para mirar el horizonte, reír juntos y crear recuerdos juntos para siempre.
Asturias y Cantabria son lugares con gran esencia: La hospitalidad de sus gentes, la riqueza gastronómica y la autenticidad de sus pueblos. No es solo un viaje, es una vivencia que despierta todos los sentidos. Desde desayunos con pan recién horneado hasta noches frente a la chimenea, cada detalle contribuye a que la estancia se convierta en algo íntimo.
En este artículo, te mostraremos rincones encantadores del norte de España, lugares donde la calma, la belleza natural y la desconexión son protagonistas. Si buscáis una luna de miel rural en España que combine naturaleza, historia y romanticismo a partes iguales, prepárate para enamorarte de estos destinos que parecen diseñados para empezar la vida en pareja con toda la magia posible.

Cangas de Onís y los Lagos de Covadonga
Cangas de Onís, en Asturias, es el inicio de un viaje mágico. Su famoso puente romano y sus calles empedradas con cafeterías acogedoras crean el ambiente perfecto para una escapada romántica. Pero lo mejor está en los Lagos de Covadonga: llegar temprano, cuando la niebla todavía acaricia el agua, es como abrir una ventana a otro mundo.
Una luna de miel rural en España aquí se llena de momentos únicos: paseos por senderos silenciosos, miradas al horizonte y picnics improvisados con vistas de ensueño. La tranquilidad de este lugar permite que cada instante se saboree, que cada respiración se llene de paz y que cada fotografía sea un recuerdo imborrable.
Al caer la tarde, los alojamientos rurales ofrecen cenas con productos locales y chimeneas encendidas que parecen susurrar “Bienvenidos al paraíso”. Y nada más romántico que terminar el día escuchando el viento entre los árboles y el murmullo de los ríos.

Liébana y Potes: el corazón de Cantabria
El valle de Liébana y su joya, Potes, son un refugio de tranquilidad y belleza. Calles empedradas, casas con balcones floridos y un río que serpentea suavemente crean la atmósfera ideal para parejas que buscan desconectar.
En Potes, una luna de miel rural en España se convierte en un paseo sensorial: el aroma de los guisos tradicionales, el contacto con la piedra centenaria de los edificios y el murmullo constante del río que acompaña cada paso. Las rutas de senderismo permiten descubrir bosques, cumbres y paisajes que parecen sacados de un libro mágico.
Por la tarde, disfrutar de una copa de orujo mientras el sol pinta el valle de tonos cálidos es un regalo para los sentidos. Además, alojarse en una posada con vistas a la montaña garantiza noches llenas de intimidad, silencio y exclusividad.

Taramundi y la artesanía del tiempo
Taramundi, en el extremo occidental de Asturias, es un verdadero paraíso para quienes buscan paz y autenticidad. Su fama por la cuchillería y la artesanía es solo un adelanto del tesoro que es su ritmo de vida: lento, armonioso y lleno de detalles que enamoran.
Una luna de miel rural en España en Taramundi significa caminar por senderos que bordean ríos y bosques, detenerse a observar los molinos de agua y dejarse llevar por la historia que respira cada piedra. Los talleres de artesanía muestran cómo la paciencia y la dedicación crean belleza, algo que se refleja también en la experiencia de vivir estos días juntos.
Dormir en un caserío restaurado, con el cielo estrellado como techo, es un cierre perfecto para un día lleno de descubrimientos y romanticismo. Aquí, la naturaleza y el amor se encuentran en cada rincón.

Comillas: mar y arte sin prisas
Comillas, en Cantabria, combina el encanto del mar con un patrimonio arquitectónico que sorprende y enamora. Pasear por la playa al atardecer, sintiendo la brisa marina y el sonido relajante de las olas, es uno de esos momentos que hacen que una luna de miel rural en España sea inolvidable.
La villa sorprende con el Capricho de Gaudí y el Palacio de Sobrellano, pero la verdadera magia está en la calma de sus calles, en las charlas junto a un café caliente y en las largas sobremesas disfrutando del paisaje. Alojarse en casas con vistas al Cantábrico o en posadas de colinas cercanas permite combinar confort y naturaleza a la perfección.
La gastronomía es otro motivo para sonreír: mariscos frescos, pescados a la brasa y dulces caseros que hacen cada comida un momento especial. Comillas es ideal para quienes buscan una luna de miel rural en España llena de alegría, calma y experiencias compartidas.

Somiedo: un santuario natural
El Parque Natural de Somiedo, en Asturias, es un rincón donde la naturaleza marca el ritmo. Aquí, los osos pardos y los paisajes que parecen sacados de un lienzo convierten cada caminata en una aventura serena y romántica.
Una luna de miel rural en España en Somiedo significa amanecer con paseos junto al lago del Valle, disfrutar del silencio y dejar que la brisa fresca y los colores del paisaje llenen cada instante de felicidad. Las brañas, antiguas cabañas de pastores, cuentan historias de vida sencilla y armoniosa que invitan a la reflexión y al disfrute.
Los alojamientos integrados en la naturaleza ofrecen productos locales, y cada comida se convierte en un momento para compartir, reír y brindar por esta nueva etapa juntos.

Bárcena Mayor: la joya escondida de Cantabria
Bárcena Mayor, uno de los pueblos más antiguos de Cantabria, es un ejemplo de cómo la historia y la naturaleza se pueden combinar de manera perfecta. Sus calles adoquinadas y sus casas de piedra crean un entorno que parece detenido en el tiempo.
Aquí, una luna de miel rural en España se vive paseando por el río Argoza, descubriendo talleres de artesanía y disfrutando de charlas junto al fuego. Las rutas suaves entre bosques de robles y hayas permiten caminar de la mano sin prisa, respirando aire puro y tranquilidad.
La gastronomía local, cocido montañés, quesadas y sobaos pasiegos, añade un toque delicioso a cada jornada. Dormir en una posada tradicional, con silencio absoluto, es la mejor manera de terminar el día sintiendo que la escapada ha sido mágica.

Comenzar juntos, empezar despacio con vuestra luna de miel rural
Una luna de miel rural en España en Asturias o Cantabria es mucho más que un viaje: es un regalo que se hacen los enamorados, una forma de empezar la vida juntos disfrutando de cada instante. En estos rincones “slow”, cada amanecer invita a sonreír, cada paseo se disfruta sin prisas y cada comida se convierte en un momento para celebrar el amor.
Aquí, la felicidad se mide en emociones compartidas y no en kilómetros recorridos. El silencio, la naturaleza y la belleza del entorno hacen que la experiencia sea intensa y profunda. Y esa sensación de paz, de conexión y de alegría compartida es exactamente lo que convierte estas regiones en destinos perfectos para una luna de miel rural en España.
Sea intensa o profunda, esa sensación de paz, de conexión y de alegría compartida es exactamente lo que convierte estas regiones en destinos perfectos para una luna de miel rural en España.
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