Hay momentos en la vida que merecen ser recordados para siempre, y una pedida de mano en Mallorca, rodeada de belleza natural, romanticismo y emoción, es sin duda uno de ellos. Esta historia nos transporta a un rincón único, donde el amor fue el protagonista absoluto de un día cuidadosamente planeado para recordar toda la vida. Son Marroig, con su encanto inconfundible y vistas de ensueño, fue el escenario perfecto para una propuesta íntima e inolvidable.
Esta pedida apostó por lo auténtico. Desde la música en vivo interpretada por una violinista, hasta el ramo que estaba preparado con delicadeza. Fue un momento pensado no solo para sorprender, sino para emocionar y que la pareja disfrutara: el vínculo entre dos personas que se eligen para siempre.
La pedida de mano en Mallorca no solo fue especial por el lugar. La pareja se vistió a juego con el entorno, irradiando naturalidad y estilo, creando un ambiente romántico en Son Marroig.
Esta es la historia de una pedida que brilló por sí sola. Un momento lleno de significado. A continuación, te invitamos a revivir cada detalle de esta pedida de mano en Mallorca, que sin duda permanecerá en la memoria de la pareja.
Un escenario de película para una pedida de mano en Mallorca
La pedida de mano tuvo lugar en el espectacular entorno de Son Marroig, en Mallorca, un lugar con unas vistas que ya de por sí son perfectas. Es uno de esos lugares que te dejan con la boca abierta, literal. Está cerquita de Deià, en la Serra de Tramuntana, y tiene unas vistas al mar que parecen sacadas de una postal. Lo más icónico del lugar es el templete blanco que se asoma al acantilado.
Además, Son Marroig tiene mucha historia detrás, ya que fue la casa de un archiduque austriaco (Luis Salvador de Austria).Tiene un estilo romántico, antiguo y especial que enamora a todo el que va.
Una decoración elegante, sencilla y la mar de romántica
Para esta pedida de mano el novio eligió una combinación de flores en tonos blancos, se combinaron rosas con otras variedades delicadas, acompañadas de hojas verdes que aportaban un toque fresco y natural.
En medio del templete, se alzaba un centro de flores precioso, colocado con delicadeza sobre un pedestal que lo hacía destacar aún más.
Las escaleras que llevaban hasta allí estaban decoradas con las mismas flores que el centro: tonos suaves y románticos. Los arreglos descendían por cada peldaño. Juntas, formaban un pasillo natural, elegante y lleno de encanto.
El resultado fue un escenario elegante y armonioso, que encajaba a la perfección con el entorno mediterráneo y la magia del lugar.
Un ramo de rosas blancas como regalo
Uno de los momentos más emotivos y conmovedores de aquel día fue cuando él le entregó el ramo para pedirle matrimonio. Se trataba de un precioso ramo compuesto de rosas blancas y eucalipto, cuidadosamente seleccionadas.
Sin duda un ramo lleno de simbolismo y sentimiento. El ramo simbolizaba el amor y el compromiso de un futuro juntos. Cada detalle fue pensado con dedicación, convirtiendo ese pequeño regalo en un recuerdo inolvidable.
Un violinista para hacer la velada aún más única
El novio se aseguró de que cada detalle de la pedida de mano en Mallorca fuera perfecto, poniendo especial ilusión en la música, un componente esencial para lograr una atmósfera idílica. Para ello, decidió contratar a una violinista que interpretó piezas en vivo durante el momento de la pedida. Días antes, él mismo eligió cuidadosamente las canciones que representan su noviazgo.
Optar por canciones significativas para la pareja fue una muestra clara del amor del novio, haciendo de la propuesta un momento verdaderamente especial y difícil de olvidar.
La pareja, vestida para la ocasión a juego con el entorno
Para esta pedida de mano en Mallorca, cada detalle fue pensado con mimo, incluyendo los looks de los novios. Ambos lucieron outfits que encajaban a la perfección con la estética natural y elegante del lugar.
Él se decantó por un estilo relajado pero muy cuidado: camisa blanca, pantalones tipo chino y zapatillas blancas. Un look fresco, sencillo y con mucho estilo, ideal para un momento tan especial sin perder naturalidad.
Ella estaba espectacular con un vestido midi en tono beige, con mangas ligeramente abullonadas que le daban un aire romántico y muy acorde con la ocasión. Completó su look con unas sandalias marrones destalonadas, decoradas con un lazo en la parte delantera, y llevó el pelo suelto, obteniendo un movimiento natural y desenfadado. Como complementos, eligió unos pendientes dorados en forma de flor, una pulsera dorada y un reloj, todo a juego con su estilo y con el ambiente del lugar.
Su forma de vestir no solo reflejaba su personalidad, sino que también estaba en armonía con la esencia de la pedida: íntima, auténtica y llena de emoción.
Un “¡sí quiero!” acompañado de anillo de ensueño
El momento más esperado de la pedida de mano en Mallorca tuvo lugar frente al icónico templete de Son Marroig, cuidadosamente decorado con flores blancas y detalles verdes que enmarcaban la escena con una elegancia natural. Mientras la violinista interpretaba su canción especial.
Él le entregó un ramo de rosas y justo después se arrodilló para hacerle la gran pregunta. Fue entonces cuando sacó el anillo: una pieza preciosa, con una piedra central en forma de lágrima, rodeada de pequeños diamantes que realzaban su brillo, y montada sobre una fina banda también engastada con diamantes. Un diseño elegante, delicado y con una forma única, que parecía hecho a medida para ella.
Un momento que, sin duda, quedará grabado para siempre en sus memorias.
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