Creo que no hay boda que no emocione. Todas son tan especiales, y allá donde tienen lugar, consiguen dotar la atmósfera de un aroma mágico.
La campiña sevillana
Una mezcla entre modernas instalaciones e historia, enterradas en cada muro de la hacienda de Molinillos, rodeado del paisaje característico de la tierra del sur, y las notas hechizantes de la guitarra, acoge una boda única y especial. Luna Cruz, han sabido captar cada detalle para poder transmitirnos a través de sus imágenes la esencia de esta maravillosa pareja, Verónica y Bruno.
El embrujo del sur
Cuentan las leyendas, que el sur de España tiene un algo que no se puede explicar con palabras. Aunque nunca lo hayas visitado, lo tienes en tu corazón. Un misticismo que está en la piel de sus habitantes desde los inicios de los tiempos, y que Verónica y Bruno nos contagian con su boda.
Un estilo rural, entremezclado con una ceremonia civil que se celebró en un jardín privado de la hacienda Molinillos. Verónica ha sabido destacar como sólo una auténtica reina lo puede. Un vestido con encaje y ondeando en el aire, como un suspiro de lo que se avecinaba. Y por encima de todo, una diadema dorada, con elementos florales y en la cima un sol radiante.
Sentimientos a flor de piel
Y como en todas las bodas, no es como empieza sino cómo acaba. Una ceremonia civil, seguida de una sesión de fotos que viaja al pasado, para después culminar en una fiesta a la luz de las guirnaldas y de la luna. Es imposible no emocionarse y vivirlo como si estuviéramos allí.
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Wedding team:
Fotógrafo: Luna Cruz //Lugar: Hacienda Molinillos // Vestido: Rocío Osorno // Corona: Marucca // Catering: Guadalquivir // MUAH: Oui Novias // Música: Event Sound
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