¡Que nos gusta una boda en Asturias! Y más si la pareja protagonista derrocha pasión y romanticismo y tienen una personalidad y un carácter arrollador.
Es por ello que Amaya y Eduard no buscaban una boda tradicional, sino que querían vivir un día que recordaran siempre: una boda especial y diferente en un lugar íntimo, con música de fondo, luz tenue y copas para brindar.
Estos dos jóvenes que se conocieron estudiando en la universidad quisieron convertirse en marido y mujer en la ciudad de Avilés y, acostumbrados a vivir lejos de sus familias, decidieron casarse de manera íntima. Solo ellos dos y nadie más.
¿Nos acompañas a conocer esta boda sin protocolos ni pretensiones? ¡Seguro que sí!
¡Empezamos!
Una decoración de espacios sublime
El espacio de la ceremonia, El Jardín de Yume
Situado en el corazón de Avilés, una ciudad asturiana, este era un lugar que los novios no podían sacarse de su cabeza, seguramente por su absoluto remanso de paz.
Es por ello por lo que se convirtió en su rincón favorito para celebrar su boda de lo más exótica en el jardín, lugar que se llenó de elementos rústicos como: sillones sobre los que los novios se sentaron durante la ceremonia, mesas repletas de libros, velas y botellas, farolillos de camino al altar y en el mismo, un atril frente a un panel de madera, centros de mesa…
Tras acabar la ceremonia y rociarse en pétalos de rosa, una original alternativa al arroz, los novios se dirigieron al encantador espacio de la celebración.
El espacio de la celebración, Meeting Point Avilés
Los novios eligieron este punto de encuentro para vivir una experiencia inolvidable en el día de su boda. En este espacio, situado en la calleja de Los Cuernos en Avilés, por donde las vacas bajaban a abrevar a la fuente de La Cámara, se respira buen ambiente, música, grandes cócteles y una mejor gastronomía.
Cuando los recién casados cruzaron sus puertas se sorprendieron con la decoración, ya que el lugar cuenta con paredes de piedra, luz tenue, sofás, maderas, lámparas de pie, baúles, búhos, esqueletos, pianos, taburetes, etc.
Una decoración de lo más ilógica, canalla y sorprendente que a la pareja les recordaba a los locales clandestinos de la Ley Seca.
Los novios tuvieron el placer de degustar el catering de Yume Gastro, cuya tarta recordarán siempre. Formada por diferentes pisos y decorada con plumas y letreros en dorado, conformaba una sinfonía de sabores, colores, olores y texturas perfectamente compuestos.
Amaya, una novia atrevida donde las haya
Alicia Rueda fue la diseñadora que vistió a la novia, esta creció entre patrones y tejidos que su abuela y su madre confeccionaban, y gracias a ello y a su Atelier hace realidad el sueño de las novias que buscan un vestido único y elaborado con la máxima exigencia, siempre con patrones modelados a cada clienta, tejidos exquisitos y acabados artesanales que hacen de cada pieza una joya.
El vestido en cuestión era de corte recto y en blanco liso, con manga corta de puntilla, la misma puntilla que se encontraba a ambos lados de la cintura y alrededor de toda su espalda al descubierto.
El tocado era de Eva Vidal Tocados Y Complementos, una profesional que se encarga de hacerlos todos a mano, y de crear piezas únicas y especiales.
La novia, con su tocado, no pasó desapercibida ya que constaba de una corona de flores doradas que ascendían entre plumas blancas y rosáceas y unas piedras preciosas en color granate caían de la corona.
Respecto al maquillaje oscuro de la novia, fue elaborado por Jana Tagarro, la cual pintó los labios granates oscuros y los ojos con sombras marrones.
La peluquera de Marta y Tú llevó a cabo un semi-recogido formado por una trenza central acompañada de un lazo rosa de terciopelo.
Con unos zapatos de lujo de Miss García Shoes, concretamente la sandalia de tacón Petit Negro Corcho, la novia lució en sus pies una combinación de colores marrones, dorado y negro con estampado floral.
El ramo de novia lo elaboró Doña Cúrcuma, la cual puso el toque de color gracias a unas cuantas flores rosas, granates y fucsias, todas ellas acompañadas de una gran variedad de hojas verdes.
Diferente pero elegante, así fue Eduard
Con un vestuario de Scalpers, Eduard lució elegante y atrevido al lucir una blazer azul marina y negra de cuadros, una camisa en color azul clarito, una corbata negra con motivos blancos, unos tirantes y un pantalón marrón claro.
En su gran día no podían faltar un par de sus zapatos preferidos, los brogue marrones.
Fotografías a la altura de las expectativas
Eduard, como buen fotógrafo, quería que el ambiente que se reflejase en sus fotos fuese sorprendente, por lo que las luces y las sombras con las que él estaba acostumbrado a trabajar tuvieron un lugar muy importante en su gran día.
Rosa Garrido, la profesional que se encargó de disparar el objetivo, consiguió un resultado tal y como los novios lo habían imaginado.
Sí, todo salió rodado
Y es que, si la directora de orquesta de la boda era Patricia Vic, de Dreams of Princesses, nada podía salir mal. Ella es una profesional que les ayudó con el diseño, la decoración y la organización de su boda.
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